En la Costa de Dexo – Serantes, en el municipio de Oleiros, en A Coruña, nos topamos con el Seixo branco.
Esta formación propia de la naturaleza, consiste en un estrecho camino formado por una veta de cuarzo blanco, que se sitúa en un pronunciado acantilado. Acoplado a un abrupto salvaje de la naturaleza, el Seixo branco se podría considerar un cabo, cuyas rocas metamórficas definen los denominados Esquistos de órdenes. Visitar este enclave natural es conocer una zona de relevante riqueza biológica, pues se encuentra dentro de la Red Gallega de Espacios Naturales. La zona está completada por acantilados y sobre todo, por preciosas cuevas de mar, que no son más que el resultado de la erosión provocada por el viento y el oleaje del mismo. La fauna en la zona también merece mención, pues desde las alturas casi se puede tocar con los dedos las diferentes aves marinas que custodian el cabo, como la gaviota patiamarilla o la pelusa. Pero sobre todo, lo que ofrece el Seixo branco son unas espectaculares vistas. Pues la paisajística nos regala la mejor imagen de la Torre de Hércules, e incluso, del Cabo Prioriño, en Ferrol. Además, desde este mirador también se puede disfrutar de la isla de A Marola, referente a la hora de medir la tempestad de las aguas. Pero Seixo branco tiene una historia detrás. Nos remontamos a la Segunda Guerra Mundial, cuya ubicación se convirtió en un enclave estratégico donde situar baterías militares, para repeler la llegada de los navieros enemigos. Aún hoy se conservan habitáculos, polvorines e incluso un búnquer. Por otro lado, soslayar la presencia cercana del asentamiento de Subiña, un coto representativo de la popular cultura celta. Recinto de 150 metros de diámetro, sin excavar. Y también del vecino faro de Mera, donde se localiza un modesto centro de interpretación, que antaño era la vivienda del anciano faro del arquero. Por todo estos motivos, Seixo branco es hoy un lugar convertido en referencia para los habituales del turismo rural, una opción muy a tener en cuenta para desconectar, relajarse y citar la mirada con la inmensidad del mar. Para llegar a él, se contempla la ruta homónima, que recorre Monte Grande, castro de Subiña y Furnas, para llegar finalmente al ya citado Seixo branco. 4 kilómetros y 2 horas de duración entre monumentos naturales. Por último, soslayar que este cabo no es solo un lugar turístico, sino también una referencia orientativa para navegantes, gracias a su destacada visibilidad. |
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Marzo 2022
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