pontedeume |
CONTACTO
Dirección: Torreón de los Andrade s/n 15600 Pontedeume, A Coruña Telf. 981 430 270 - 607 562 696 Correo: [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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CASTILLO DE LOS ANDRADE
O Castelo 15608 Pontedeume- A Coruña El castillo de los condes de Andrade es un hito medieval que constituye todo un símbolo de la memoria histórica de Pontedeume. Hoy en día pertenece a la casa de Alba. En la simbología de los Andrade aparecen el oso y el jabalí, de clara inspiración celta. Por sus reducidas dimensiones, el castillo apenas cumplió su original función residencial. La parte mejor conservada del mismo es la torre del homenaje. El recinto amurallado tiene forma irregular; en él se abre una sola entrada al castillo con doble cierre. Un foso rodea la construcción por dos de sus lados.
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PARQUE NATURAL FRAGAS DO EUME
Pontedeume - A Coruña El río Eume, de unos 100km de longitud total, ha labrado en la mayor parte de su curso medio y final un profundo cañón. Las abruptas laderas, en algunos puntos de hasta 300 metros de desnivel, conservan el manto vegetal original de los bosques atlánticos.“Fraga” significa bosque con árboles de diferentes especies. Robles y castaños forman el manto caducifolio acompañados de abedules y alisos, fresnos y tejos, avellanos y árboles frutales silvestres; y de los perennes laureles, acebos y madroños.
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TORRE DE ANDRADE
Avda. del Torreón 15600 Pontedeume - A Coruña Del antiguo palacio de los Condes de Andrade construido en la segunda mitad del siglo XIV, solo resta la torre del homenaje. El edificio ocupaba lo que hoy es la Plaza del Conde, fuente y mercado. En 1924 fue declarado monumento histórico artístico pero en 1935 fue derribado. La torre de planta cuadrada coronada por almenas consta de 4 pisos con vanos de estilo ojival. Tiene 11,5m de lado y 18m de altura, en el muro sur se observa un escudo adornado con las 18 banderas ganadas a los franceses por Fernán Pérez de Andrade en la Batalla de Seminara en 1503, los 6 roeles de los Catro de Lemos y la barra de los Andrade.
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SITUACIÓN
Pontedeume se encuentra en el noroeste de España, concretamente en las Rías Altas de Galicia. Está ubicado entre dos de las ciudades más grandes e importantes de la Comunidad Autónoma, Ferrol y A Coruña. Las distancias que lo separan de estas dos ciudades son 16 y 42 Kms. respectivamente y está unido con ellas por la autopista AP-9 y la nacional N-651.
CÓMO LLEGAR
Pontedeume se encuentra en el noroeste de España, concretamente en las Rías Altas de Galicia. Está ubicado entre dos de las ciudades más grandes e importantes de la Comunidad Autónoma, Ferrol y A Coruña. Las distancias que lo separan de estas dos ciudades son 16 y 42 Kms. respectivamente y está unido con ellas por la autopista AP-9 y la nacional N-651.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Pontedeume desde Ferrol o A Coruña deberemos seguir la AP-9 y la nacional N-651. Para llegar desde Pontevedra o Santiago de Compostela tomaremos la AP-9 y desde Lugo la A-6.
La compañía Arriva cubre la conexión de Pontedeume con A Coruña y Ferrol en autobús. El aeropuerto más cercano es el de Alvedro en A Coruña, a 37km. |
HISTORIA
Antiguos colonizadores
Los celtas son los primeros pobladores "históricos" de Galicia y, por extensión, de la comarca eumesa a partir del siglo VI a.C., en que se impusieron a los habitantes autóctonos en sucesivas incursiones conquistadoras desde el norte de Europa. Los restos arqueológicos encontrados en el municipio de Pontedeume respaldan la hipótesis respecto de la existencia de colonizadores de origen celta, así tenemos castros y mismo un torques de oro que apareció en el lugar de Castrelo, parroquia de Centroña, en 1912.
El nombre de Breamo se quiso ver como un legado de estos pueblos al hacerlo derivar del irlandés "bri" (monte), y mismo varios historiadores localizan próximos al partido de Pontedeume cuatro ciudades de origen celta: Brigantia, Lámbrica, Libunca y Ardóbrica. Además, el llamado por los romanos "Portus Magnus Artabrorum" -poblado por la confederación ártabra, poderosa agrupación celta- abarcaba las costas de la comarca eumesa.
Pero también dejarán los romanos su huella en el paisaje arqueológico del municipio de Pontedeume, registrándose dos yacimientos de este origen, uno en Zopazos y otro en la parroquia de Centroña.
La catalogación arqueológica efectuada de los restos encontrados en el municipio eumés llevó a la identificación de 11 yacimientos (6 castros, 3 túmulos y 2 yacimientos romanos) que se distinguen según estén situados en el litoral -expuestos a la acción destructiva del agua: Zopazos, Centroña y Castro de las Insuas- o de cara al interior del Ayuntamiento, que sufren alteraciones ocasionadas por el hombre.
La casa de Andrade
Fernando Pérez de Andrade "O Boo" es el primer señor de Pontedeume en virtud del privilegio otorgado en Burgos el 19 de Diciembre de 1371 por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo en la guerra fratricida contra el rey Pedro I "el Cruel". A la donación de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se uniría en 1373 la del señorío de Vilalba, de manera que comienza la ascensión de la Casa de Andrade hacia el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume, a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta familia. Legendariamente, se atribuye a Fernando Pérez "O Boo" la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes.
Fernando Pérez fallece en 1397, sucediéndole su sobrino, Pedro Fernández de Andrade, por carecer de descendientes. Su gobierno sería breve y de escasa importancia. A este le sigue Nuno Freire de Andradeapodado "O Mao", por su carácter despótico y cruel. Fue implacable con los monjes de Sobrado, con quienes los señores de Pontedeume siempre mantuvieron una guerra incesante; y sometió a sus colonos a constantes alzas de impuestos para costear sus campañas de Castilla, por lo que los burgueses y marineros de las villas de Ferrol, Betanzos y Pontedeume se unieron a los campesinos para formar la "Irmandade Fusquenlla".
Acaudillada por Roi Sordo, surge así una hermandad que pronto se convirtió en un movimiento de emancipación, llegando a sitiar a Nuno Freire y su familia en el Castillo de Andrade. Sería el apoyo del rey Juan II -según consta en sus "Crónicas"- el elemento clave para derrotar a la "Irmandade".
Nuno Freire de Andrade muere el mismo año en que es sofocada la sublevación de sus vasallos, es decir, el 1431, sucediéndole su hijo Pedro Fernández de Andrade.
María de Andrade es la siguiente heredera del señorío de Pontedeume, pero al morir sin sucesión, sus posesiones pasan a su tío Fernán Pérez "O Mozo" en torno al 1443. Éste tendría que hacer frente a nueva guerra irmandiña de mayores proporciones que la anterior entre 1467 y 1468. la acaudillaban Pedro Osorio en el centro de Galicia, Alonso de Lanzós en las tierras de Betanzos, Pontedeume y obispado de Mondoñedo, y Diego de Lemos entre el Ulla y el Limia. Los resentimientos que todos ellos albergaban contra los Andrade hicieron que la guerra fuese especialmente virulenta en los dominios de esta familia, y así bajo el grito de "¡Abajo las fortalezas!" fue derribado el Castillo de Andrade. Alonso de Lanzós invade y consigue apoderarse de Pontedeume, haciendo huir a Fernán Pérez pero al final es reintegrada a los dominios de los Andrade y la rebelión sofocada.
En 1470 Diego de Andrade, hijo del anterior conde, se convierte a su fallecimiento en el séptimo señor de Pontedeume. Ante el problema sucesorio entre Isabel y Juana la Beltraneja, los nobles gallegos se dividieron. En este caso, el de Andrade luchó contra su otrora aliado Pedro Álvarez de Sotomayor y Pardo de Cela, partidarios de la hija de Enrique IV.
Ya afianzados los Reyes Católicos en el poder, continúan las sublevaciones y enfrentamientos con los nobles gallegos, hasta que el ajusticiamiento del Mariscal Pardo de Cela y un juramento de obediencia al rey, firmado por el conde de Altamira, el conde don Sancho y Diego de Andrade marca el inicio de la pacificación del territorio.
La lealtad del Conde de Andrade fue recompensada por los Reyes Católicos confirmándole en la posesión de todos los bienes, tierras, señoríos, villas, castillos y fortalezas que heredara; le otorgaron una renta de cien mil maravedíes de por vida; lo nombraron regidor de A Coruña en 1476 y capitán de la misma ciudad en 1477; formó parte del consejo del rey en la corte y lo hicieron conde de Vilalba, cuyo castillo reedificó. Murió en 1492, tras haber asistido el año anterior a la guerra de reconquista de Granada.
Pero será su hijo, Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, el conde más relevante de cuantos ostentaron el señorío de Pontedeume en lo referente a hechos de armas. Así, acompañó a su padre en la guerra contra los árabes, aunque sobre todo destacó por sus victorias en Italia frente a los franceses en 1503, 1511 y 1522, ganando en la Batalla de Seminara los territorios que antes perdiera el "Gran Capitán", Gonzalo de Córdoba.
Siguiendo el ejemplo de sus predecesores, don Fernando invirtió sus últimos años en crear y dotar instituciones religiosas con cuantiosas sumas y así, funda el convento de frailes agustinos y la capilla mayor de la actual iglesia parroquial, en la que estableció varias capellanías. Aquí será enterrado tras su muerte, acaecida en fecha imprecisa entre 1540 y 1542.
La casa de Lemos
Desde la fusión de la Casa de Andrade con la de Lemos en la persona de Pedro de Castro y Andrade, nieto de Fernando de Andrade, la vida de Pontedeume se desvincula de esta familia, asentada en otro lugar. Perdidos los suministros que ésta le suministraba, la comarca comienza a perder su antiguo renombre y esplendor.
Tras la división del reino de Galicia en siete provincias (Santiago, Tui, Lugo, Mondoñedo, Ourense, A Coruña y Betanzos), Pontedeume pasa a formar parte de la de Betanzos. Entonces, en los últimos tiempos de los señoríos, la Villa y su jurisdicción se halla dividida en dos alcaldías, cada una de las cuales comprendían diversas feligresías: una mayor y otra ordinaria (dentro de la que está Pontedeume). Ambas compartían una única regencia en lo municipal y económico, y sus miembros eran nombrados por los Condes de Lemos, herederos de la Casa de Andrade.
Una vez extinguidos los señoríos siguen existiendo estas dos alcaldías, hasta que se establece la actual ordenación territorial (1834), por la cual Galicia se divide en cuatro provincias y Pontedeume se integra en la de A Coruña.
Las bases de su vida económica en el siglo XIX son la agricultura, la pesca y la explotación maderera. La necesidad de mejorar las vías de comunicación para intensificar las relaciones comerciales, determina que la Villa sufra progresivamente un importante cambio urbanístico.
Ya en el siglo XX, el movimiento agrario-regionalista (germen del nacionalismo gallego) tiene una gran difusión en la Villa gracias a la labor de "Solidaridad Gallega". Sus objetivos eran la erradicación del caciquismo, la cohesión regional y combatir el centralismo. También se caracterizaba en el terreno cultural por la revalorización de la lengua gallega como instrumento literario y de propaganda agraria; así que, cuando "Solidaridad" desaparezca en 1912 inspirará la labor de las "Irmandades da Fala", movimiento socio-cultural que identifica la esencia de la personalidad de Galicia con el idioma gallego.
Estas "Irmandades" serán el canal organizativo del nacionalismo en Galicia hasta la II República. Al instaurarse el régimen republicano, en Pontedeume las fuerzas de derecha e izquierda se reparten equitativamente el gobierno local. Todo ello, unido a una intensa labor propagandística, eclosiona en las elecciones de 1933 y 1936 con sendas victorias de las fuerzas conservadoras. A partir de este momento, la evolución política de la Villa se limitará a seguir la senda marcada por los acontecimientos que convulsionan la vida del país.
Los celtas son los primeros pobladores "históricos" de Galicia y, por extensión, de la comarca eumesa a partir del siglo VI a.C., en que se impusieron a los habitantes autóctonos en sucesivas incursiones conquistadoras desde el norte de Europa. Los restos arqueológicos encontrados en el municipio de Pontedeume respaldan la hipótesis respecto de la existencia de colonizadores de origen celta, así tenemos castros y mismo un torques de oro que apareció en el lugar de Castrelo, parroquia de Centroña, en 1912.
El nombre de Breamo se quiso ver como un legado de estos pueblos al hacerlo derivar del irlandés "bri" (monte), y mismo varios historiadores localizan próximos al partido de Pontedeume cuatro ciudades de origen celta: Brigantia, Lámbrica, Libunca y Ardóbrica. Además, el llamado por los romanos "Portus Magnus Artabrorum" -poblado por la confederación ártabra, poderosa agrupación celta- abarcaba las costas de la comarca eumesa.
Pero también dejarán los romanos su huella en el paisaje arqueológico del municipio de Pontedeume, registrándose dos yacimientos de este origen, uno en Zopazos y otro en la parroquia de Centroña.
La catalogación arqueológica efectuada de los restos encontrados en el municipio eumés llevó a la identificación de 11 yacimientos (6 castros, 3 túmulos y 2 yacimientos romanos) que se distinguen según estén situados en el litoral -expuestos a la acción destructiva del agua: Zopazos, Centroña y Castro de las Insuas- o de cara al interior del Ayuntamiento, que sufren alteraciones ocasionadas por el hombre.
La casa de Andrade
Fernando Pérez de Andrade "O Boo" es el primer señor de Pontedeume en virtud del privilegio otorgado en Burgos el 19 de Diciembre de 1371 por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo en la guerra fratricida contra el rey Pedro I "el Cruel". A la donación de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se uniría en 1373 la del señorío de Vilalba, de manera que comienza la ascensión de la Casa de Andrade hacia el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume, a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta familia. Legendariamente, se atribuye a Fernando Pérez "O Boo" la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes.
Fernando Pérez fallece en 1397, sucediéndole su sobrino, Pedro Fernández de Andrade, por carecer de descendientes. Su gobierno sería breve y de escasa importancia. A este le sigue Nuno Freire de Andradeapodado "O Mao", por su carácter despótico y cruel. Fue implacable con los monjes de Sobrado, con quienes los señores de Pontedeume siempre mantuvieron una guerra incesante; y sometió a sus colonos a constantes alzas de impuestos para costear sus campañas de Castilla, por lo que los burgueses y marineros de las villas de Ferrol, Betanzos y Pontedeume se unieron a los campesinos para formar la "Irmandade Fusquenlla".
Acaudillada por Roi Sordo, surge así una hermandad que pronto se convirtió en un movimiento de emancipación, llegando a sitiar a Nuno Freire y su familia en el Castillo de Andrade. Sería el apoyo del rey Juan II -según consta en sus "Crónicas"- el elemento clave para derrotar a la "Irmandade".
Nuno Freire de Andrade muere el mismo año en que es sofocada la sublevación de sus vasallos, es decir, el 1431, sucediéndole su hijo Pedro Fernández de Andrade.
María de Andrade es la siguiente heredera del señorío de Pontedeume, pero al morir sin sucesión, sus posesiones pasan a su tío Fernán Pérez "O Mozo" en torno al 1443. Éste tendría que hacer frente a nueva guerra irmandiña de mayores proporciones que la anterior entre 1467 y 1468. la acaudillaban Pedro Osorio en el centro de Galicia, Alonso de Lanzós en las tierras de Betanzos, Pontedeume y obispado de Mondoñedo, y Diego de Lemos entre el Ulla y el Limia. Los resentimientos que todos ellos albergaban contra los Andrade hicieron que la guerra fuese especialmente virulenta en los dominios de esta familia, y así bajo el grito de "¡Abajo las fortalezas!" fue derribado el Castillo de Andrade. Alonso de Lanzós invade y consigue apoderarse de Pontedeume, haciendo huir a Fernán Pérez pero al final es reintegrada a los dominios de los Andrade y la rebelión sofocada.
En 1470 Diego de Andrade, hijo del anterior conde, se convierte a su fallecimiento en el séptimo señor de Pontedeume. Ante el problema sucesorio entre Isabel y Juana la Beltraneja, los nobles gallegos se dividieron. En este caso, el de Andrade luchó contra su otrora aliado Pedro Álvarez de Sotomayor y Pardo de Cela, partidarios de la hija de Enrique IV.
Ya afianzados los Reyes Católicos en el poder, continúan las sublevaciones y enfrentamientos con los nobles gallegos, hasta que el ajusticiamiento del Mariscal Pardo de Cela y un juramento de obediencia al rey, firmado por el conde de Altamira, el conde don Sancho y Diego de Andrade marca el inicio de la pacificación del territorio.
La lealtad del Conde de Andrade fue recompensada por los Reyes Católicos confirmándole en la posesión de todos los bienes, tierras, señoríos, villas, castillos y fortalezas que heredara; le otorgaron una renta de cien mil maravedíes de por vida; lo nombraron regidor de A Coruña en 1476 y capitán de la misma ciudad en 1477; formó parte del consejo del rey en la corte y lo hicieron conde de Vilalba, cuyo castillo reedificó. Murió en 1492, tras haber asistido el año anterior a la guerra de reconquista de Granada.
Pero será su hijo, Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, el conde más relevante de cuantos ostentaron el señorío de Pontedeume en lo referente a hechos de armas. Así, acompañó a su padre en la guerra contra los árabes, aunque sobre todo destacó por sus victorias en Italia frente a los franceses en 1503, 1511 y 1522, ganando en la Batalla de Seminara los territorios que antes perdiera el "Gran Capitán", Gonzalo de Córdoba.
Siguiendo el ejemplo de sus predecesores, don Fernando invirtió sus últimos años en crear y dotar instituciones religiosas con cuantiosas sumas y así, funda el convento de frailes agustinos y la capilla mayor de la actual iglesia parroquial, en la que estableció varias capellanías. Aquí será enterrado tras su muerte, acaecida en fecha imprecisa entre 1540 y 1542.
La casa de Lemos
Desde la fusión de la Casa de Andrade con la de Lemos en la persona de Pedro de Castro y Andrade, nieto de Fernando de Andrade, la vida de Pontedeume se desvincula de esta familia, asentada en otro lugar. Perdidos los suministros que ésta le suministraba, la comarca comienza a perder su antiguo renombre y esplendor.
Tras la división del reino de Galicia en siete provincias (Santiago, Tui, Lugo, Mondoñedo, Ourense, A Coruña y Betanzos), Pontedeume pasa a formar parte de la de Betanzos. Entonces, en los últimos tiempos de los señoríos, la Villa y su jurisdicción se halla dividida en dos alcaldías, cada una de las cuales comprendían diversas feligresías: una mayor y otra ordinaria (dentro de la que está Pontedeume). Ambas compartían una única regencia en lo municipal y económico, y sus miembros eran nombrados por los Condes de Lemos, herederos de la Casa de Andrade.
Una vez extinguidos los señoríos siguen existiendo estas dos alcaldías, hasta que se establece la actual ordenación territorial (1834), por la cual Galicia se divide en cuatro provincias y Pontedeume se integra en la de A Coruña.
Las bases de su vida económica en el siglo XIX son la agricultura, la pesca y la explotación maderera. La necesidad de mejorar las vías de comunicación para intensificar las relaciones comerciales, determina que la Villa sufra progresivamente un importante cambio urbanístico.
Ya en el siglo XX, el movimiento agrario-regionalista (germen del nacionalismo gallego) tiene una gran difusión en la Villa gracias a la labor de "Solidaridad Gallega". Sus objetivos eran la erradicación del caciquismo, la cohesión regional y combatir el centralismo. También se caracterizaba en el terreno cultural por la revalorización de la lengua gallega como instrumento literario y de propaganda agraria; así que, cuando "Solidaridad" desaparezca en 1912 inspirará la labor de las "Irmandades da Fala", movimiento socio-cultural que identifica la esencia de la personalidad de Galicia con el idioma gallego.
Estas "Irmandades" serán el canal organizativo del nacionalismo en Galicia hasta la II República. Al instaurarse el régimen republicano, en Pontedeume las fuerzas de derecha e izquierda se reparten equitativamente el gobierno local. Todo ello, unido a una intensa labor propagandística, eclosiona en las elecciones de 1933 y 1936 con sendas victorias de las fuerzas conservadoras. A partir de este momento, la evolución política de la Villa se limitará a seguir la senda marcada por los acontecimientos que convulsionan la vida del país.