GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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PARQUE DEL PASATIEMPO
Fraga Iribarne 15300 Betanzos - A Coruña Obra de indianos ricos, los hermanos García Naveira, el parque betanceiro contaba con 90.000 m2 de los que ahora se conserva una décima parte tras la larga ruina de la posguerra. Comenzó la ejecución en el año 1893 y dio trabajo a unos 200 empleados en una época de fuerte recesión económica que sólo abría las puertas a más emigración. Era un museo lúdico al aire libre de conocimientos variados mediante la representación de las novedades tecnológicas del momento y de un mundo que con las posibilidades de los viajes empezaba a hacerse pequeño.
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MUSEO DAS MARIÑAS
Emilio Romay 1, 15300 Betanzos - A Coruña El museo muestra piezas arqueológicas procedentes de la comarca y cuenta con varias secciones dedicadas a etnografía, al traje gallego, y a las tablas del Apostolado de la Escuela de Rubens. Destaca la colección de Tapices y Encajes, depósito de la Fundación Jimerez Cossío.
Contacto
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FUNDACIÓN CIEC
Rúa do Castro 2 15300 Betanzos - A Coruña Este centro posee una importante colección de arte contemporáneo, especialmente de arte gráfico, con numerosos artistas gallegos y algunos nacionales como Dalí y Picasso. A través de las obras expuestas el visitante va comprendiendo qué es la estampa, cómo se realiza esta actividad y cuáles son sus principales características.
Contacto
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SITUACIÓN
Betanzos está situado en la provincia de A Coruña en el Noroeste de la Península Ibérica y ocupa una extensión de 24,19 km². El territorio se divide en ocho parroquias: Santiago, Santa María, Tiobre, Piadela, Requián, Brabío, Castro y Viñas. Limita al norte con la desembocadura del Río de Mandeo y el municipio de Bergondo, al este con Paderne y Coirós, al sur con Oza - Cesuras y al oeste con Abegondo.
CÓMO LLEGAR
Betanzos está situado en la provincia de A Coruña en el Noroeste de la Península Ibérica y ocupa una extensión de 24,19 km². El territorio se divide en ocho parroquias: Santiago, Santa María, Tiobre, Piadela, Requián, Brabío, Castro y Viñas. Limita al norte con la desembocadura del Río de Mandeo y el municipio de Bergondo, al este con Paderne y Coirós, al sur con Oza - Cesuras y al oeste con Abegondo.
CÓMO LLEGAR
Por carretera podemos acceder a través de la N-VI Madrid-A Coruña. Asimismo cuenta con acceso a la A-6 Autovía del Noroeste y a la AP-9 autopista del Atlántico. La N-542 comunica Betanzos con Santiago de Compostela; la N-651 con Ferrol; la AC-840 con el interior de Galicia hasta Ourense y la AC-0905 con Vilalba en Lugo.
Por tren Betanzos cuenta con dos estaciones,la de Betanzos-Ciudad con servicio a A Coruña y Ferrol y Betanzos-Infesta con servicio a Monforte de Lemos, Madrid y Barcelona. Betanzos está situado a 18 kilómetros del aeropuerto de Alvedro con vuelos nacionales e internacionales de compañías aéreas, también de bajo coste. El aeropuerto internacional de Lavacolla se encuentra a 60 kilómetros. Por autobús existen numerosas compañías que ofrecen sus servicios en la ciudad. Consulte el apartado de transporte público. |
HISTORIA

Las favorables condiciones medioambientales y de comunicación, así como la cantidad de restos de asentamientos humanos encontrados de culturas posteriores, nos hacen pensar que esta zona geográfica estuvo habitada ya por grupos paleolíticos. Sin embargo, la falta de un estudio arqueológico sistemático hace que ésto sólo pueda ser una hipótesis de trabajo y no un hecho comprobado.
De lo que sí podemos estar seguros, es de la existencia de comunidades megalíticas que han llegado hasta nosostros a través de sus construcciones funerarias: los enterramientos colectivos en túmulos monumentales; son las conocidas por nuestros campesinos como: mamoas, medoñas, medorras, casas de mouros, etc. Las más antiguas datan del 3500 a. C. y las más modernas de entre el 1800 y el 1500 a. C. Pero, desconocemos casi todos sobre sus hábitats, sólo podemos afirmar que eran aldeas de agricultores-recolectores y que en este contexto cultural aparece la metalurgia, es decir, el trabajo con metales.
En la comarca de Betanzos tenemos varios grupos de estas construcciones, que van desde las tierras altas hasta las tierras bajas; ponen en comunicación la Montaña con la Marina, dos hábitats diferentes, que permiten acceder a distintos recursos. Esos grupos son: As Carreiras, Pena Moura (Aranga), Porto Moeiro, Brueiro, Queimada, Chousa de Soutelo,Marco do Azibro, Monte das Moas, Lapela, Figueiras, Pena Moura(Oza dos Ríos), Monte do Felga y Cruz de Campo Janeiro.
Aunque, de las culturas prehistóricas de Betanzos, y de toda Galicia, será la castreña la más conocida, tanto a nivel científico como popular. La identifica, especialmente, el tipo de asentamiento o hábitat, el castro -de aquí toma su nombre- destacando no sólo por las características de los mismos, sino también por la cantidad de ellos que todavía se conservan. Al contrario de lo que pasa con la civilizacion anterior megalítica, desconocemos practicamente sus ritos funerarios o enterramientos. En nuestro territorio municipal encontramos inventariados seis de estos poblados, que son:
Conformación Urbana
La ciudad se construye comenzando por la cima del castro o "croa" y extendiéndose alrededor de la misma, se utiliza y respeta, pues, la propia orografía del terreno. En este punto más alto es, precisamente, donde se halla emplazada en la actualidad la plaza de A Constitución, rodeada por edificios como: el Ayuntamiento, el Palacio de Bendaña, la Torre, la iglesia de Santiago y una serie de viviendas de madera. Este material, que se utilizó en la construcción hasta principios del s. XVIII, fue motivo de la masiva destrucción de casas en los incendios de 1569 y 1616.
En un primer momento, Betanzos se extendía hasta el primer recinto amurallado (calles de O Castro, Santiago, Lanzós y Ferreiros), los patios y huertas finalizaban en un muro que con el tiempo se transformaría en calle. El segundo recinto se abrirá por los siglos XIV-XV, aunque los restos conservados datan del XIV, fueron reconstruidos más tarde ya en la época de los Reyes Católicos. De esta muralla, que rodeaba la ciudad, ha llegado poco hasta nuestros días, aunque todavía se puede distinguir. Casi toda tiene edificaciones particulares adosadas, sólo se puede apreciar en algunos tramos (100 m. en la calle de Valdoncel), donde se ve su factura de manpostería. Tenía un grosor de 2,70 a 3 m., con variante en altura, comprobada, de 8 a 14 m. y de 16 a 18 m.. En zonas como la huerta del exconvento de San Francisco y en la calle de las Monjas, son visibles albarranas y almenas, y alguna calle como la de la Cerca nos la recuerda.
Cuatro puertas y un postigo, todas ellas del siglo XV, daban acceso a la ciudad: la llamada Puerta de la Villa, en frente al Campo de la Feria, fue derribada en el año 1872 para ensanchar la entrada a la villa; con ella también desaparecieron las almenas y son trasladados los escudos que la coronaban. Las otras tres puertas eran (y en la actualidad son): la del Puente Nuevo, de la Rivera o del Cristo y la del Puente Viejo. Las tres son de forma apuntada, con las rendijas de los rastrillos en la primera y en la tercera; presentando la segunda, por encima de un pequeño balcón, un Cristo y detrás, pintados, una ciudad con un sol y una luna.
El postigo, que estaba en el lugar llamado del Hórreo, aún existía a mediados del siglo XVIII.
En el siglo XVII, y por las influencias del estilo Barroco, se realizan algunas transformaciones: surgen los balcones, los soportales y se abren ventanas en los muros que con anterioridad eran macizos (como ocurre en el palacio de Lanzós); además se realizan otras obras dentro y fuera de la ciudad como: el palacio de Bendaña, la iglesia de las Angustias, el convento de Santo Domingo...
Un siglo más tarde, ya en el XVIII, se construirán edificios tan importantes como el Ayuntamiento o, ya en los extramuros, el que se pretendió fuera Archivo del Reino de Galicia, el actual Liceo.
A mediados del siglo XIX comienza a surgir un interés real por el aspecto urbanístico de la villa, se harán reformas en la Plaza del Campo, intentando convertirla en una "plaza mayor"; así, se decide su pavimentación y se trae desde Francia una fuente de hierro representando a "Diana cazadora", que se coloca en un lugar céntrico de la plaza. Las casas, situadas en un lado de la misma, sufren reformas, surgiendo las galerías que trasforman el aspecto del conjunto.
La ciudad intenta salir de los límites que le imponen el recinto medieval, se abrirán nuevas calles con mejores condiciones higiénicas, se realizan los proyectos del ensanche y se incorporan nuevas tendencias arquitectónicas (casa de D. Juan García Naveira). Conviven, en este momento, entre los siglos XIX y XX, tendencias de estilo historicista con modernismo y eclecticismo. Será el momento en el que los "indianos" patrocinen obras de carácter social.
Desde la década de los treinta es perceptible una línea de ruptura con la construcción tradicional; se recurre a un tipo de edificio más barato, donde predomina el uso del ladrillo y del cemento y desaparecen, prácticamente, los ornamentos. Sin embargo, a raíz de la declaración de la ciudad como Conjunto Histórico-Artístico, se observa más cuidado a la hora de realizar nuevas construcciones o rehabilitar las antiguas.
De lo que sí podemos estar seguros, es de la existencia de comunidades megalíticas que han llegado hasta nosostros a través de sus construcciones funerarias: los enterramientos colectivos en túmulos monumentales; son las conocidas por nuestros campesinos como: mamoas, medoñas, medorras, casas de mouros, etc. Las más antiguas datan del 3500 a. C. y las más modernas de entre el 1800 y el 1500 a. C. Pero, desconocemos casi todos sobre sus hábitats, sólo podemos afirmar que eran aldeas de agricultores-recolectores y que en este contexto cultural aparece la metalurgia, es decir, el trabajo con metales.
En la comarca de Betanzos tenemos varios grupos de estas construcciones, que van desde las tierras altas hasta las tierras bajas; ponen en comunicación la Montaña con la Marina, dos hábitats diferentes, que permiten acceder a distintos recursos. Esos grupos son: As Carreiras, Pena Moura (Aranga), Porto Moeiro, Brueiro, Queimada, Chousa de Soutelo,Marco do Azibro, Monte das Moas, Lapela, Figueiras, Pena Moura(Oza dos Ríos), Monte do Felga y Cruz de Campo Janeiro.
Aunque, de las culturas prehistóricas de Betanzos, y de toda Galicia, será la castreña la más conocida, tanto a nivel científico como popular. La identifica, especialmente, el tipo de asentamiento o hábitat, el castro -de aquí toma su nombre- destacando no sólo por las características de los mismos, sino también por la cantidad de ellos que todavía se conservan. Al contrario de lo que pasa con la civilizacion anterior megalítica, desconocemos practicamente sus ritos funerarios o enterramientos. En nuestro territorio municipal encontramos inventariados seis de estos poblados, que son:
- - Castro do Monte ou Illobre(Pontellas/Illobre)
- Castro de Xan Rozo(Requián/Graña)
- Castro de Graña(Requián)
- Castro de Untia(Betanzos)
- Castro de Obre(Betanzos/Paderne)
Conformación Urbana
La ciudad se construye comenzando por la cima del castro o "croa" y extendiéndose alrededor de la misma, se utiliza y respeta, pues, la propia orografía del terreno. En este punto más alto es, precisamente, donde se halla emplazada en la actualidad la plaza de A Constitución, rodeada por edificios como: el Ayuntamiento, el Palacio de Bendaña, la Torre, la iglesia de Santiago y una serie de viviendas de madera. Este material, que se utilizó en la construcción hasta principios del s. XVIII, fue motivo de la masiva destrucción de casas en los incendios de 1569 y 1616.
En un primer momento, Betanzos se extendía hasta el primer recinto amurallado (calles de O Castro, Santiago, Lanzós y Ferreiros), los patios y huertas finalizaban en un muro que con el tiempo se transformaría en calle. El segundo recinto se abrirá por los siglos XIV-XV, aunque los restos conservados datan del XIV, fueron reconstruidos más tarde ya en la época de los Reyes Católicos. De esta muralla, que rodeaba la ciudad, ha llegado poco hasta nuestros días, aunque todavía se puede distinguir. Casi toda tiene edificaciones particulares adosadas, sólo se puede apreciar en algunos tramos (100 m. en la calle de Valdoncel), donde se ve su factura de manpostería. Tenía un grosor de 2,70 a 3 m., con variante en altura, comprobada, de 8 a 14 m. y de 16 a 18 m.. En zonas como la huerta del exconvento de San Francisco y en la calle de las Monjas, son visibles albarranas y almenas, y alguna calle como la de la Cerca nos la recuerda.
Cuatro puertas y un postigo, todas ellas del siglo XV, daban acceso a la ciudad: la llamada Puerta de la Villa, en frente al Campo de la Feria, fue derribada en el año 1872 para ensanchar la entrada a la villa; con ella también desaparecieron las almenas y son trasladados los escudos que la coronaban. Las otras tres puertas eran (y en la actualidad son): la del Puente Nuevo, de la Rivera o del Cristo y la del Puente Viejo. Las tres son de forma apuntada, con las rendijas de los rastrillos en la primera y en la tercera; presentando la segunda, por encima de un pequeño balcón, un Cristo y detrás, pintados, una ciudad con un sol y una luna.
El postigo, que estaba en el lugar llamado del Hórreo, aún existía a mediados del siglo XVIII.
En el siglo XVII, y por las influencias del estilo Barroco, se realizan algunas transformaciones: surgen los balcones, los soportales y se abren ventanas en los muros que con anterioridad eran macizos (como ocurre en el palacio de Lanzós); además se realizan otras obras dentro y fuera de la ciudad como: el palacio de Bendaña, la iglesia de las Angustias, el convento de Santo Domingo...
Un siglo más tarde, ya en el XVIII, se construirán edificios tan importantes como el Ayuntamiento o, ya en los extramuros, el que se pretendió fuera Archivo del Reino de Galicia, el actual Liceo.
A mediados del siglo XIX comienza a surgir un interés real por el aspecto urbanístico de la villa, se harán reformas en la Plaza del Campo, intentando convertirla en una "plaza mayor"; así, se decide su pavimentación y se trae desde Francia una fuente de hierro representando a "Diana cazadora", que se coloca en un lugar céntrico de la plaza. Las casas, situadas en un lado de la misma, sufren reformas, surgiendo las galerías que trasforman el aspecto del conjunto.
La ciudad intenta salir de los límites que le imponen el recinto medieval, se abrirán nuevas calles con mejores condiciones higiénicas, se realizan los proyectos del ensanche y se incorporan nuevas tendencias arquitectónicas (casa de D. Juan García Naveira). Conviven, en este momento, entre los siglos XIX y XX, tendencias de estilo historicista con modernismo y eclecticismo. Será el momento en el que los "indianos" patrocinen obras de carácter social.
Desde la década de los treinta es perceptible una línea de ruptura con la construcción tradicional; se recurre a un tipo de edificio más barato, donde predomina el uso del ladrillo y del cemento y desaparecen, prácticamente, los ornamentos. Sin embargo, a raíz de la declaración de la ciudad como Conjunto Histórico-Artístico, se observa más cuidado a la hora de realizar nuevas construcciones o rehabilitar las antiguas.