aranga |
CONTACTO
Dirección: Praza Mestre Mosquera 1, 15317 A Coruña Telf. 981 793 551 Correo: [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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PUENTE DE ARANGA
Ponte Aranga 15317 Aranga - A Coruña Puente de estilo en origen barroco, construido en el siglo XVII, que consta de cuatro arcos desiguales realizados en sillería de granito. Posteriormente a su construcción, se ensanchó la calzada y se deshicieron los pretiles, sustituyéndolos por una barandilla metálica. Cruza el río Mandeo y próximo al puente existe un área recreativa fluvial con zonas de esparcimiento para niños, columpios, rocódromo para niños, mesas y parrillas.
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SITUACIÓN
El ayuntamiento de Aranga se sitúa en la parte centro septentrional de Galicia. Limita al norte con los ayuntamientos de Monfero e Irixoa, al oeste con los de Coirós y Oza - Cesuras, al sur con el de Curtis y al este, con el de Guitiriz, ya de la provincia de Lugo.
En la actualidad, el territorio del término municipal de Aranga ocupa una extensión de 119,60km cuadrados y está dividido en seis parroquias: San Paio de Aranga, San Pedro de Cambás, San Cristovo de Muniferral, San Vicente de Fervenzas, San Lourenzo de Vilarraso y San Pedro de Feás. Pertenece al partido judicial de Betanzos y a la diócesis de Santiago de Compostela.
CÓMO LLEGAR
El ayuntamiento de Aranga se sitúa en la parte centro septentrional de Galicia. Limita al norte con los ayuntamientos de Monfero e Irixoa, al oeste con los de Coirós y Oza - Cesuras, al sur con el de Curtis y al este, con el de Guitiriz, ya de la provincia de Lugo.
En la actualidad, el territorio del término municipal de Aranga ocupa una extensión de 119,60km cuadrados y está dividido en seis parroquias: San Paio de Aranga, San Pedro de Cambás, San Cristovo de Muniferral, San Vicente de Fervenzas, San Lourenzo de Vilarraso y San Pedro de Feás. Pertenece al partido judicial de Betanzos y a la diócesis de Santiago de Compostela.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Aranga desde A Coruña deberemos seguir por la E-70/AP-9 y tomar la salida 16 de la izquierda E-70en dirección A-6/Lugo/Madrid/Arteixo para luego incorporarnos a la E-70/A-6 en dirección Lugo/Madrid. Luego deberemos tomar la salida 549 hacia AC-151/N-VI/Montesalgueiro y finalmente girar a la izquierda hacia AC-153 (indicaciones para AC-151/Irixoa).
El aeropuerto más próximo es el de Alvedro, en A Coruña. |
HISTORIA
En un promontorio que sirve de límite entre las parroquias de Santa María de Ois (Coirós) y San Pedro de Feás (Aranga), se localiza uno de esos lugares en los que el simbolismo cristiano trató de imponerse al pasado pagano. Se trata del lugar de Flores.
Este lugar saltó a la bibliografía arqueológica gracias al hallazgo casual, en 1915, de una pieza de singular delicadeza y relevancia, el torques de Santa María de Ois, collar rígido de oro en forma de C y datado entre los siglos III y I a. C. La pieza tiene un ancho total de 15,5 cm y un peso neto de 331,5 gramos. Está compuesto por una vara de sección circular ensanchada en el centro y remates en forma de pera, huecos. Como única decoración, limitando el tercio central de la vara lisa, dispone de dos espirales de filigrana con botón central. Formalmente la pieza responde a las características del tipo ártabro, tan ampliamente representado en todo el norte de las provincias de A Coruña y Lugo, con paralelismos claros en Vimianzo o en Viladonga. No obstante, su decoración es atípica ya que, aunque posee las espirales dobles de hilo de oro, carece de alambres enrrollados en los extremos de la vara, por lo que este torques suponen una variante decorativa dentro del mencionado como grupo ártabro.
En la cultura castrexa, el torques indicaba una jerarquía, un posicionamiento de relevancia dentro de la sociedad. Estos adornos aparecen ampliamente representados en las culturas de guerreros galaicos y lusitanos.
El torques fue adquirido en 1922 por el Museo Arqueológico Nacional. Según se dice, la persona que lo encontró lo vendió en Betanzos por 14.000 reales. Esta pieza, aunque excepcional, no es más que otra evidencia del asentamiento castrexo que hubo en el lugar. En la actualidad, a penas se pueden apreciar los restos del castro, aunque si se conservan leyendas sobre el lugar. Estas leyendas hablan de cuevas, moros, oro y castros.
La capilla de San Roque
En el lugar en donde, en la antigüedad, se situaba la croa o recinto central del castro, ahora se pueden observar los restos de la capilla de San Roque. Se distinguen la nave y el ábsida rectangular. Conserva un arco de triunfo de traza gótica, sustentado por dos semicolumnas de fuste corto, con bases y capiteles de tradición románica. El interior estaba completamente decorado con pinturas datadas en el siglo XVI.
Sobriño Cevallos, J. E Veiga Ferreira, X.M. recogen tradiciones y creencias que sobrevivían hasta hace poco tiempo alrededor de este lugar. Una de estas creencias, de clara tradición pagana, consistía en dar una vuelta alrededor de la capilla con una vaca atada, con el fin de que esta se quedase preñada. Al finalizar se metía por debajo de la puerta principal un patacón diciendo: "Que o San Roquiño nos axude".
En este lugar se celebra una fiesta los días ocho de cada mes, la Feira do Oito, aunque poco a poco se fue perdiendo y dejó de celebrarse en los años cuarenta.
Este lugar saltó a la bibliografía arqueológica gracias al hallazgo casual, en 1915, de una pieza de singular delicadeza y relevancia, el torques de Santa María de Ois, collar rígido de oro en forma de C y datado entre los siglos III y I a. C. La pieza tiene un ancho total de 15,5 cm y un peso neto de 331,5 gramos. Está compuesto por una vara de sección circular ensanchada en el centro y remates en forma de pera, huecos. Como única decoración, limitando el tercio central de la vara lisa, dispone de dos espirales de filigrana con botón central. Formalmente la pieza responde a las características del tipo ártabro, tan ampliamente representado en todo el norte de las provincias de A Coruña y Lugo, con paralelismos claros en Vimianzo o en Viladonga. No obstante, su decoración es atípica ya que, aunque posee las espirales dobles de hilo de oro, carece de alambres enrrollados en los extremos de la vara, por lo que este torques suponen una variante decorativa dentro del mencionado como grupo ártabro.
En la cultura castrexa, el torques indicaba una jerarquía, un posicionamiento de relevancia dentro de la sociedad. Estos adornos aparecen ampliamente representados en las culturas de guerreros galaicos y lusitanos.
El torques fue adquirido en 1922 por el Museo Arqueológico Nacional. Según se dice, la persona que lo encontró lo vendió en Betanzos por 14.000 reales. Esta pieza, aunque excepcional, no es más que otra evidencia del asentamiento castrexo que hubo en el lugar. En la actualidad, a penas se pueden apreciar los restos del castro, aunque si se conservan leyendas sobre el lugar. Estas leyendas hablan de cuevas, moros, oro y castros.
La capilla de San Roque
En el lugar en donde, en la antigüedad, se situaba la croa o recinto central del castro, ahora se pueden observar los restos de la capilla de San Roque. Se distinguen la nave y el ábsida rectangular. Conserva un arco de triunfo de traza gótica, sustentado por dos semicolumnas de fuste corto, con bases y capiteles de tradición románica. El interior estaba completamente decorado con pinturas datadas en el siglo XVI.
Sobriño Cevallos, J. E Veiga Ferreira, X.M. recogen tradiciones y creencias que sobrevivían hasta hace poco tiempo alrededor de este lugar. Una de estas creencias, de clara tradición pagana, consistía en dar una vuelta alrededor de la capilla con una vaca atada, con el fin de que esta se quedase preñada. Al finalizar se metía por debajo de la puerta principal un patacón diciendo: "Que o San Roquiño nos axude".
En este lugar se celebra una fiesta los días ocho de cada mes, la Feira do Oito, aunque poco a poco se fue perdiendo y dejó de celebrarse en los años cuarenta.