as pontes |
CONTACTO
Dirección: Parque Municipal, s/n As Pontes, A Coruña Telf: 981 453 116 - 634 790 764 Correo: [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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FRAGAS DO EUME
As Pontes de García Rodríguez - A Coruña Las Fragas do Eume son una galería natural de excepcional valor, en la que hay presencia de las más hermosas y variadas especies de la flora y de la fauna. Entre los árboles, además de robles, encontramos alisos, fresnos, olmos, castaños, laureles, algún que otro arce, y hasta acebos. Entre los arbustos destacan especies como el peral y el manzano silvestre, el espino albar y el madroño, propio de climas más cálidos. La presencia de abundantes helechos, de gran diversidad y rareza en algunas especies, es una de las características más personales de estas fragas.
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LOS PUENTES DE AS PONTES
As Pontes de García Rodríguez - A Coruña As Pontes, conocida como la villa de los cien ríos, destaca por su protagonismo merecido de sus antiguos y conservados puentes.
Romanas o medievales, los puentes que se conservan en la villa nos obligan a un merecido alto en el camino: Puente del Chamoselo (s. XIV-XV), Puente Romano de la Illade, Puente Viejo (S.XV), Puente de Isabel II (1860), Ponte da Pedra, Puente de la Presa de Alende, Puente de Perfolla y Puente de los Chaos. |
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CASA DE LA MIEL DE GOENTE
Empalme s/n 15325 As Pontes de García Rodríguez - A Coruña La Casa de la Miel dispone en sus instalaciones de varias salas de exposiciones, así como una sala de extracción y envasado de la miel, un laboratorio para controlar la calidad de la miel y también cuenta con una sala para conferencias y cursos.
Contacto
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SITUACIÓN
El municipio de As Pontes se sitúa en el Noroeste de Galicia, concretamente en la comarca del Eume, en la provincia de A Coruña. No obstante, su situación entre comarcas, lo coloca en un envidiable enclave geográfico, entre las comarcas de A Terra Cha, Ferrolterra y Ortegal, sobrepasando incluso el ámbito provincial en cuanto a su zona de influencia de Xermade, ya en Lugo.
El Ayuntamiento de As Pontes limita al Norte con Ortigueira y Mañón, al Sur con los de Monfero y Xermade, e al Oeste con A Capela, As Somozas y San Sadurniño, y con Muras al Este. La extensión de este ayuntamiento, de casi 250 kilómetros cuadrados, lo convierte en el más grande de la provincia de A Coruña.
CÓMO LLEGAR
El municipio de As Pontes se sitúa en el Noroeste de Galicia, concretamente en la comarca del Eume, en la provincia de A Coruña. No obstante, su situación entre comarcas, lo coloca en un envidiable enclave geográfico, entre las comarcas de A Terra Cha, Ferrolterra y Ortegal, sobrepasando incluso el ámbito provincial en cuanto a su zona de influencia de Xermade, ya en Lugo.
El Ayuntamiento de As Pontes limita al Norte con Ortigueira y Mañón, al Sur con los de Monfero y Xermade, e al Oeste con A Capela, As Somozas y San Sadurniño, y con Muras al Este. La extensión de este ayuntamiento, de casi 250 kilómetros cuadrados, lo convierte en el más grande de la provincia de A Coruña.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a As Pontes, destaca el enlace por autovía (AG-64), que comunica con Ferrol y Vilaba, donde enlaza con la autovía del Cantábrico (A-8), el tramo desde Vilalba hasta la A-6 en Baamonde ya está en servicio, por lo que se puede seguir en autovía hasta la meseta, mientras que en dirección a Asturias se deberá usar la N-634 hasta la entrada en funcionamiento de la autovía (está prevista en 2012).
As Pontes tiene salida por vía rápida gratuita al puerto exterior de Ferrol, y está a poco más de veinte kilómetros de la autopista A-6. Muy empleada es también la carretera comarcal AC-141, que comunica con la costa por Cabanas (donde enlaza con la AP-9) y Pontedeume, mientras que la conexión con Ortigueira se hace a través de la AC-101. Se puede llegar carretera utilizando el servicio de autobuses de la empresa Arriva. Las distancias para As Pontes son siempre cortas, y muy cerca quedan los aeropuertos de A Coruña (76 km), y Santiago (120 km), que ofrecen vuelos estatales e internacionales con frecuencias diarias. |
HISTORIA
ÉPOCA PREHISTÓRICA
Hasta el momento no se cuenta con datos sobre la ocupación paleolítica, epipaleolítica (algunos yacimientos en Muras y Vilalba) y mismo neolíticas en As Pontes.
Las primeras noticias documentadas que tenemos de asentamientos en nuestro valle se remontan a la época megalítica que comienza en Galicia a finales del IV milenio por lo que manifiestan las dataciones absolutas y los parecidos de algunos elementos arquitectónicos y culturales con los de otras áreas megalíticas. Es el período en el que se produce un tránsito de la economía depredadora y recolectora a una economía productora, o sea a la aparición de la agricultura estable y al sedentarismo. La denominación de "cultura megalítica" deriva de la construcción de grandes monumentos de piedra, de carácter generalmente funerario. Pueden ser de diferentes tipos: circos líticos o cromlechs, menhires que en Galicia se llaman pedras fitas, y sepulcros, que son los más abundantes en nuestro Ayuntamiento recibiendo el nombre de mámoas, medoñas... Estas mámoas están formadas por un túmulo de tierra que cubre el arca interior. En lo que atañe a nuestro Ayuntamiento tenemos que destacar la mámoa 229 de Veiga dos Mouros la cual sitúa el arqueólogo Antón Rodríguez Casal en la fase final de este período. Es un tipo de enterramiento caracterizado por pequeños sarcógafos rectangulares. Los materiales son muy acabados y aparecen las mazas, los perforados y otros cinceles. Este mismo profesor señala que deben ser hombres con una altura entre 1´50 y 1´65 según el sexo, de cráneo dolicocéfalo, trazos finos con cierta apariencia negroide y maxilar prominente.
As Pontes está situada en el centro de una de las grandes áreas de concentración de megálitos. Un núcleo se encuentra en la Sierra Faladoira, con un centenar de túmulos a ambas orillas del "camino real" que atravesaba longitudinalmente la sierra entre As Pontes y Bares. De sus yacimientos es necesario resaltar la conocida como "Forno dos Mouros" que conserva siete puntales en la cámara y dos en el corredor, y el túmulo 87 con anta de cámara poligonal. Otro núcleo se encuentra en la cubeta sedimentaria del Eume en As Pontes de García Rodríguez y alrededores (necrópolis de Veiga de Os Mouros, Portorroibo, Illade, A Mourela, Serra de Cheibán, O Forgoselo o Monte Grou, etc). Este es uno de los centros fundamentales del Megalitismo gallego, con más de un centenar de mámoas, aunque muchas de ellas desaparecidas por motivo de la explotación de lignitos allí existente¹.
Los elementos constructivos de estas mámoas son: el anillo perimetral, la coraza, los pavimentos, las hogueras (descubiertas en el dólmen de O Chan de Reboredo en el Monte Grou) y pasadizo de acceso entre el corredor megalítico y la periferia. Todos estos monumentos tienen su objeto y suexplicación; hacían de enterramientos de los muertos marcando claramente el territorio. Así para cumplir con la obligación funeraria les dejaban a sus muertos una gran cantidad de ofrendas funerarias: utensilios domésticos, herramientas, etc
Junto a estos monumentos tenemos que añadir las construcciones rituales de función no estrictamente funeraria, tales como las pedras fitas y los circos líticos, denominados usualmente como menhires. En As Pontes sabemos de las referencias por Maciñeira de los circos líticos de la Mourela, de las cuales se conservan unas fotografías. Él mismo decía que uno alcanzaba los 9 m de diámetro y el otro los 20 m, pero por las fotografías se deduce un tamaño menor.
En cuanto a los hallazgos materiales de As Pontes podemos destacar las mazas, bolas y objetos para colgar. Así aparecen en la cista del túmulo 229 de Veiga dos Mouros, cerámica campaniforme como la aparecida en el túmulo 242 de Veiga da Vilavella. Estos dos vasos campaniformes aparecidos en este túmulo son los más afamados de Galicia y se conservan actualmente en el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Santiago de Compostela. Fueron descubiertos por A. de la Iglesia, y serán publicados por D. Luis Pericot en 1927. Tienen la forma típica de bandas anchas, equidistantes, simétricas y con tono tierra roja.
Fue Federico Maciñeira (1870-1943) el máximo estudioso en los albores del siglo de esta cultura. Él mismo desarrolló una importante teoría relacionando la situación de los túmulos con la existencia de los "caminos reales". Según Maciñeira los dólmenes podrían ser puntos de referencia para marcar esos caminos, pues según el trazado de los mismos estas son visibles a gran distancia. Para fundamentar esta teoría, se basó en el estudio de los antiguos caminos de As Pontes a Bares por la Sierra de A Faladoira, de As Pontes a Guititiz y de As Pontes a A Barqueira.
A finales del III milenio comienza a debilitarse la cultura megalítica, que se caracterizaba por la tecnología lítica, apareciendo otra cultura que introduce la metalurgia, asociada en Galicia y en As Pontes a la cultura de vaso campaniforme, que la podemos datar entre el 2100 y el 1800 a. de C. Cumplió un importante papel en la difusión de la metalurgia del cobre.
ÉPOCA ANTIGUA
A partir de los años 1900-1800 a. de C. hasta el siglo VI. en el que aparece con fuerza la cultura castreña, basada en la utilización del hierro, se desarrolla la edad del Bronce. Se caracteriza por la utilización del cobre, estaño y el plomo. De esta época no tenemos información de nuestro Ayuntamiento.
La siguiente cultura documentada y que dejó honda influencia en nuestra villa fue la castreña, apuntando los investigadores la fecha del siglo VI a. de C., manteniendo la actividad en los castros hasta el V o VI d. de C. De todas maneras sus características más singulares se aprecian antes de la llegada de las legiones romanas.
La población castreña era fruto de diferentes aportaciones raciales entre las que se encuentran los celtas de origen indoeuropeo. Los castros son recintos fortificados de forma oval o circular, provistos de varios muros, precedidos de un foso, y situados generalmente en la cima de las montañas.
En As Pontes contamos con varios castros, algunos de ellos ya desaparecidos, como O Castro da Uz, destruido en el año 1986 y que contaba con un horno para la posible fundición de metales, Castro de Espiñaredo parcialmente escavado, O castro de Seoane, Castro de Higoso, Castro de Portorroibo, ya desaparecidos, y los castros de Ribadeume, Bermui y Rebardille¹.
Luego le tocó a la villa incorporarse al Imperio Romano. Así en el año 61-60 llega la expedición por vía marítima de Julio César a Brigantium, y en los años 29 o 19 a. de C. se producen las campañas de Augusto, hasta la derrota total de los callaeci en el Monte Medulio. Según el Itinerario de Antonino (s. III), por As Pontes no pasó ninguna red principal de las vías romanas. Pero si habla A. Tranoy en su libro La Galice Romaine (1981) de una vía secundaria que comunicaba Lucus Augusti con la ría ferrolana. La famosa vía romana que pasa por el puente del Chamoselo sería el itinerario de este camino. Lo que si podemos apuntar es el primitivo origen romano de los puentes del Chamoselo y de Illade, aunque las fechas de construcción de las actuales estructuras sean del medievo. Los vestigios que aparecen en As Pontes sobre la romanización son ciertos restos en los castros, la ara votiva encontrada en las excavaciones del año 1975 en la ermita de Santa Eulalia de O Portorroibo, hoy instalada en el parque municipal ...
ÉPOCA MEDIEVAL
En los siglos posteriores y coetáneos a la dominación romana aparece el cristianismo y será en el siglo IV cuando penetre en toda Galicia. Los sarcófagos paleocristianos procedentes de los cementerios de Pontoibo, Ribadeume y Santa Eulalia de O Portorroibo son prueba de la cristianización de la villa. En los siglos V y VI asistimos a la invasión y dominación sueva la cual no dejará testimonios conocidos en As Pontes. En el siglo IX adquieren su configuración las actuales parroquias perteneciendo el Ayuntamiento a la provincia de Betanzos (se mantendrá hasta la nueva división administrativa de Galicia en 1833). Así en nuestro Ayuntamiento la Administración de Gobierno y Justicia eran presididas por un solo hombre que ostentaba los cargos de Corregidor y Alcalde Mayor. Será en el año 1267 cuando por primera vez se haga mención del Ayuntamiento de As Pontes en un documento. El Padre Flores en el tomo XVIII de su "España Sagrada"¹, hace referencia a una concordia entre el Obispo de Mondoñedo (Don Nuño II) y el “Concejo de Pontes de Eume” sobre los términos de esta villa y el "Coto de Ribadeume", que con todos sus pobladores pertenece a la dignidad episcopal. El alcalde que va con el Obispo como representante de este Ayuntamiento se llama Juan Vermuez (sic). En otro documento datado en 1295, nos describe la resistencia de la villa de As Pontes en una guerra civil desatada durante la minoría de edad de Fernando IV. Nos habla del abandono de la villa por parte de las personas más ricas y acomodadas, y como el Alcalde llamado Pero Yans Manaa defendió la villa y el castillo, junto a los hombres del Prior de Pedroso y pidiendo ayuda a las villa de Rezimil. Así vemos como tomaron partida por la reina gobernadora doña María de Molina, madre del rey niño².
Llegamos así a la época de García Rodríguez, señor de As Pontes que dio su nombre a esta población. Según la tradición fue entregada esta villa por el rey Enrique II a García Rodríguez de Valcárcel, como compensación por el rescate cuantioso que tuvo que pagar por ser prisionero en la batalla de Nájera (1367). Así en 1372 el rey le concede el lugar de "Pontes de Hume", pasando a ser señor de la villa, castillo, con jurisdicción civil y criminal y poder para nombrar alcaldes, alguacil y escribanos públicos, perdiendo el Ayuntamiento así su autonomía. Desde entonces, As Pontes pasa a llamarse As Pontes de García Rodríguez.
Este señor murió en el año 1410 y como no tenía descendencia masculina, sus tierras pasaron a los Andrade. En este mismo siglo se funda la iglesia parroquial.
ÉPOCA MODERNA
Ya en el siglo XVI, por motivo de emparentamiento y falta de sucesión, la casa de Andrade pasó a la de Lemos, dependiendo la villa de As Pontes de este señorío hasta el siglo XVIII. En el siglo XVII sabemos de la difícil situación de la villa por la excesiva explotación señorial que llegaba hasta los despojos de los campesinos negándoles la prórroga en el dominio útil o "aforamiento" de los bienes. Tanto este siglo como el siguiente se caracterizaron en el Ayuntamiento por las fundaciones erigidas. En el año 1665 los Condes de Montenegro dueños de gran parte del Freixo fundaron la ermita y capellanía de Nuestra Señora de Pena de Francia en el barrio de Solloso (Freixo). En ese siglo el Señor Pita de Mera, titular del Condado de Ortigueira fundó tres ermitas, una de ellas con capellanía: las de Inmaculada Concepción de Merlán, la de Santo Tomás de Santomé (Freixo), y la de San Martiño de Gondré (As Pontes). Mismo en la iglesia parroquial la feligresía pagó en el año 1759 la obra del campanario y la de la nave lateral sur, y el Señor Antonio de Cora, dueño de parte de la villa y su entorno, construyó en el 1767 la nave norte. Y en esta época se crearon muchas más fundaciones tanto laicas como eclesiásticas. En este apartado de fundaciones tenemos que destacar la del Hospital existente en la plaza que llevaba el mismo nombre, dejando de utilizarse en la segunda mitad del siglo XIX al perder con la desamortización las fincas rústicas que con sus riendas los sostenían, llamadas "Obras Pias"¹. Para esta época contamos con la descripción del Catastro del Marqués de Ensenada (1752). Según este documento, la villa tenía en el núcleo 47 casas habitadas y 2 arruinadas y en la feligresía había 178 casas habitadas y 4 en ruinas. La economía era principalmente agrícola, pero tenía también muchos artesanos como los arrieros, borreros, ceramistas, herreros, zapateros, carpinteros, carboneros, carpinteros, carboneros, etc². Se celebraba en As Pontes una feria seguramente desde la época medieval, ya que según un atado del siglo XVIII conservado en el Archivo Municipal de As Pontes apreciamos su existencia en el 1775, y su interrupción hasta el 1788 por no satisfacer los impuestos correspondientes. Se cierra el siglo con la comunicación por parte de José Cornide de Saavedra a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la existencia de yacimientos de lignito en As Pontes de García Rodríguez. En este mismo siglo, ya se tenía explotado el lignito de la cuenca minera para mandarlo al arsenal de Ferrol. Lo sabemos por la existencia de un atado conservado en el Archivo Municipal de Ferrol datado en el 1836 y que lleva por título "Averiguación de la existencia de una mina de carbón en Las Puentes de García Rodríguez". Dan cuenta los documentos que era de mala calidad y se dejó de explotar a los cuarenta años de empezar la explotación. De todas maneras la utilización del carbón para el arsenal de Ferrol siguió hasta nuestro siglo cuando bajo la dirección de Eliseo Henry Thomas era transportado en mulas hasta la ciudad portuaria.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
Entramos así en la época contemporánea que comienza con el derrumbamiento de la Casa de Lemos, pasando a depender nuestra villa de los sucesores de la última condesa (doña Rosa de Castro), que en este feudo fueron dos: Joaquín de Castro y Lamas de Castro de Rey, y Manuel Aguiar de Cora Baamonde y Montenegro, vecino de Viveiro. Así la mayor parte de las tierras pertenecían a estos vínculos de "Cora" y de "Castro". En estas primeras décadas de siglo se produce el aforamiento de los vínculos. En los primeros años de siglo el Sr. Cora concedió el "dominio útil" de las tierras a cambio de un canon foral. Estas tierras fueron luego compradas en 1902 por el vecino de As Pontes D. Sergio Rivera Chao. Las del vínculo de Castro fueron aforadas en 1828, siendo luego redimidas y pasando el dominio a los campesinos por la Ley de 1927 de Primo de Rivera.
En el año 1830 visita As Pontes el ingeniero de Minas alemán, Guillermo Schulz, Inspector General del Cuerpo de Minas en Galicia y Asturias. Estaba elaborando su obra Descripción Geonóstica del Reino de Galicia, en la que describe la naturaleza del suelo gallego y asturiano. Estudió nuestra cuenca, destacando los datos de la composición del alquitrán de algunas especies del carbón de As Pontes.
En el año 1833 As Pontes pasó a depender de A Coruña al producirse la reforma administrativa que limitaba las provincias a cuatro. En una descripción que aparece en la obra Los Obispos de Mondoñedo, vol. II nos describe la villa constituida por 58 casas distribuidas en tres calles, con la iglesia en el centro, Ayuntamiento y la escuela. Dotaba de 20 reales al mes al gobierno y celebraba una feria "extramuros" el primero de cada mes. Su población hablando del núcleo era de 328 personas. En el año 1860 se construye la carretera general C-631 (Rábade-Ferrol) y el puente nuevo (Isabel II). En estos mismos años se construye el desaparecido cementerio viejo de As Pontes, siendo enterrado el primer cadáver en el año 1848 y se cerraría en el 1924.
Sabemos por otras fuentes datos de As Pontes de la época. Se trata del que recoge en 1849 Pascual Madoz en el Diccionario Geográfico-histórico-estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Se refería a la villa como productora de centeno, trigo, legumbres, maíz, patatas; se criaba todo tipo de ganado, y se aprovechaba la pesca y caza en el Eume. Los habitantes para aquellos años eran 4.864, el correo llegaba una vez a la semana de Pontedeume.
Hasta el momento no se cuenta con datos sobre la ocupación paleolítica, epipaleolítica (algunos yacimientos en Muras y Vilalba) y mismo neolíticas en As Pontes.
Las primeras noticias documentadas que tenemos de asentamientos en nuestro valle se remontan a la época megalítica que comienza en Galicia a finales del IV milenio por lo que manifiestan las dataciones absolutas y los parecidos de algunos elementos arquitectónicos y culturales con los de otras áreas megalíticas. Es el período en el que se produce un tránsito de la economía depredadora y recolectora a una economía productora, o sea a la aparición de la agricultura estable y al sedentarismo. La denominación de "cultura megalítica" deriva de la construcción de grandes monumentos de piedra, de carácter generalmente funerario. Pueden ser de diferentes tipos: circos líticos o cromlechs, menhires que en Galicia se llaman pedras fitas, y sepulcros, que son los más abundantes en nuestro Ayuntamiento recibiendo el nombre de mámoas, medoñas... Estas mámoas están formadas por un túmulo de tierra que cubre el arca interior. En lo que atañe a nuestro Ayuntamiento tenemos que destacar la mámoa 229 de Veiga dos Mouros la cual sitúa el arqueólogo Antón Rodríguez Casal en la fase final de este período. Es un tipo de enterramiento caracterizado por pequeños sarcógafos rectangulares. Los materiales son muy acabados y aparecen las mazas, los perforados y otros cinceles. Este mismo profesor señala que deben ser hombres con una altura entre 1´50 y 1´65 según el sexo, de cráneo dolicocéfalo, trazos finos con cierta apariencia negroide y maxilar prominente.
As Pontes está situada en el centro de una de las grandes áreas de concentración de megálitos. Un núcleo se encuentra en la Sierra Faladoira, con un centenar de túmulos a ambas orillas del "camino real" que atravesaba longitudinalmente la sierra entre As Pontes y Bares. De sus yacimientos es necesario resaltar la conocida como "Forno dos Mouros" que conserva siete puntales en la cámara y dos en el corredor, y el túmulo 87 con anta de cámara poligonal. Otro núcleo se encuentra en la cubeta sedimentaria del Eume en As Pontes de García Rodríguez y alrededores (necrópolis de Veiga de Os Mouros, Portorroibo, Illade, A Mourela, Serra de Cheibán, O Forgoselo o Monte Grou, etc). Este es uno de los centros fundamentales del Megalitismo gallego, con más de un centenar de mámoas, aunque muchas de ellas desaparecidas por motivo de la explotación de lignitos allí existente¹.
Los elementos constructivos de estas mámoas son: el anillo perimetral, la coraza, los pavimentos, las hogueras (descubiertas en el dólmen de O Chan de Reboredo en el Monte Grou) y pasadizo de acceso entre el corredor megalítico y la periferia. Todos estos monumentos tienen su objeto y suexplicación; hacían de enterramientos de los muertos marcando claramente el territorio. Así para cumplir con la obligación funeraria les dejaban a sus muertos una gran cantidad de ofrendas funerarias: utensilios domésticos, herramientas, etc
Junto a estos monumentos tenemos que añadir las construcciones rituales de función no estrictamente funeraria, tales como las pedras fitas y los circos líticos, denominados usualmente como menhires. En As Pontes sabemos de las referencias por Maciñeira de los circos líticos de la Mourela, de las cuales se conservan unas fotografías. Él mismo decía que uno alcanzaba los 9 m de diámetro y el otro los 20 m, pero por las fotografías se deduce un tamaño menor.
En cuanto a los hallazgos materiales de As Pontes podemos destacar las mazas, bolas y objetos para colgar. Así aparecen en la cista del túmulo 229 de Veiga dos Mouros, cerámica campaniforme como la aparecida en el túmulo 242 de Veiga da Vilavella. Estos dos vasos campaniformes aparecidos en este túmulo son los más afamados de Galicia y se conservan actualmente en el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Santiago de Compostela. Fueron descubiertos por A. de la Iglesia, y serán publicados por D. Luis Pericot en 1927. Tienen la forma típica de bandas anchas, equidistantes, simétricas y con tono tierra roja.
Fue Federico Maciñeira (1870-1943) el máximo estudioso en los albores del siglo de esta cultura. Él mismo desarrolló una importante teoría relacionando la situación de los túmulos con la existencia de los "caminos reales". Según Maciñeira los dólmenes podrían ser puntos de referencia para marcar esos caminos, pues según el trazado de los mismos estas son visibles a gran distancia. Para fundamentar esta teoría, se basó en el estudio de los antiguos caminos de As Pontes a Bares por la Sierra de A Faladoira, de As Pontes a Guititiz y de As Pontes a A Barqueira.
A finales del III milenio comienza a debilitarse la cultura megalítica, que se caracterizaba por la tecnología lítica, apareciendo otra cultura que introduce la metalurgia, asociada en Galicia y en As Pontes a la cultura de vaso campaniforme, que la podemos datar entre el 2100 y el 1800 a. de C. Cumplió un importante papel en la difusión de la metalurgia del cobre.
ÉPOCA ANTIGUA
A partir de los años 1900-1800 a. de C. hasta el siglo VI. en el que aparece con fuerza la cultura castreña, basada en la utilización del hierro, se desarrolla la edad del Bronce. Se caracteriza por la utilización del cobre, estaño y el plomo. De esta época no tenemos información de nuestro Ayuntamiento.
La siguiente cultura documentada y que dejó honda influencia en nuestra villa fue la castreña, apuntando los investigadores la fecha del siglo VI a. de C., manteniendo la actividad en los castros hasta el V o VI d. de C. De todas maneras sus características más singulares se aprecian antes de la llegada de las legiones romanas.
La población castreña era fruto de diferentes aportaciones raciales entre las que se encuentran los celtas de origen indoeuropeo. Los castros son recintos fortificados de forma oval o circular, provistos de varios muros, precedidos de un foso, y situados generalmente en la cima de las montañas.
En As Pontes contamos con varios castros, algunos de ellos ya desaparecidos, como O Castro da Uz, destruido en el año 1986 y que contaba con un horno para la posible fundición de metales, Castro de Espiñaredo parcialmente escavado, O castro de Seoane, Castro de Higoso, Castro de Portorroibo, ya desaparecidos, y los castros de Ribadeume, Bermui y Rebardille¹.
Luego le tocó a la villa incorporarse al Imperio Romano. Así en el año 61-60 llega la expedición por vía marítima de Julio César a Brigantium, y en los años 29 o 19 a. de C. se producen las campañas de Augusto, hasta la derrota total de los callaeci en el Monte Medulio. Según el Itinerario de Antonino (s. III), por As Pontes no pasó ninguna red principal de las vías romanas. Pero si habla A. Tranoy en su libro La Galice Romaine (1981) de una vía secundaria que comunicaba Lucus Augusti con la ría ferrolana. La famosa vía romana que pasa por el puente del Chamoselo sería el itinerario de este camino. Lo que si podemos apuntar es el primitivo origen romano de los puentes del Chamoselo y de Illade, aunque las fechas de construcción de las actuales estructuras sean del medievo. Los vestigios que aparecen en As Pontes sobre la romanización son ciertos restos en los castros, la ara votiva encontrada en las excavaciones del año 1975 en la ermita de Santa Eulalia de O Portorroibo, hoy instalada en el parque municipal ...
ÉPOCA MEDIEVAL
En los siglos posteriores y coetáneos a la dominación romana aparece el cristianismo y será en el siglo IV cuando penetre en toda Galicia. Los sarcófagos paleocristianos procedentes de los cementerios de Pontoibo, Ribadeume y Santa Eulalia de O Portorroibo son prueba de la cristianización de la villa. En los siglos V y VI asistimos a la invasión y dominación sueva la cual no dejará testimonios conocidos en As Pontes. En el siglo IX adquieren su configuración las actuales parroquias perteneciendo el Ayuntamiento a la provincia de Betanzos (se mantendrá hasta la nueva división administrativa de Galicia en 1833). Así en nuestro Ayuntamiento la Administración de Gobierno y Justicia eran presididas por un solo hombre que ostentaba los cargos de Corregidor y Alcalde Mayor. Será en el año 1267 cuando por primera vez se haga mención del Ayuntamiento de As Pontes en un documento. El Padre Flores en el tomo XVIII de su "España Sagrada"¹, hace referencia a una concordia entre el Obispo de Mondoñedo (Don Nuño II) y el “Concejo de Pontes de Eume” sobre los términos de esta villa y el "Coto de Ribadeume", que con todos sus pobladores pertenece a la dignidad episcopal. El alcalde que va con el Obispo como representante de este Ayuntamiento se llama Juan Vermuez (sic). En otro documento datado en 1295, nos describe la resistencia de la villa de As Pontes en una guerra civil desatada durante la minoría de edad de Fernando IV. Nos habla del abandono de la villa por parte de las personas más ricas y acomodadas, y como el Alcalde llamado Pero Yans Manaa defendió la villa y el castillo, junto a los hombres del Prior de Pedroso y pidiendo ayuda a las villa de Rezimil. Así vemos como tomaron partida por la reina gobernadora doña María de Molina, madre del rey niño².
Llegamos así a la época de García Rodríguez, señor de As Pontes que dio su nombre a esta población. Según la tradición fue entregada esta villa por el rey Enrique II a García Rodríguez de Valcárcel, como compensación por el rescate cuantioso que tuvo que pagar por ser prisionero en la batalla de Nájera (1367). Así en 1372 el rey le concede el lugar de "Pontes de Hume", pasando a ser señor de la villa, castillo, con jurisdicción civil y criminal y poder para nombrar alcaldes, alguacil y escribanos públicos, perdiendo el Ayuntamiento así su autonomía. Desde entonces, As Pontes pasa a llamarse As Pontes de García Rodríguez.
Este señor murió en el año 1410 y como no tenía descendencia masculina, sus tierras pasaron a los Andrade. En este mismo siglo se funda la iglesia parroquial.
ÉPOCA MODERNA
Ya en el siglo XVI, por motivo de emparentamiento y falta de sucesión, la casa de Andrade pasó a la de Lemos, dependiendo la villa de As Pontes de este señorío hasta el siglo XVIII. En el siglo XVII sabemos de la difícil situación de la villa por la excesiva explotación señorial que llegaba hasta los despojos de los campesinos negándoles la prórroga en el dominio útil o "aforamiento" de los bienes. Tanto este siglo como el siguiente se caracterizaron en el Ayuntamiento por las fundaciones erigidas. En el año 1665 los Condes de Montenegro dueños de gran parte del Freixo fundaron la ermita y capellanía de Nuestra Señora de Pena de Francia en el barrio de Solloso (Freixo). En ese siglo el Señor Pita de Mera, titular del Condado de Ortigueira fundó tres ermitas, una de ellas con capellanía: las de Inmaculada Concepción de Merlán, la de Santo Tomás de Santomé (Freixo), y la de San Martiño de Gondré (As Pontes). Mismo en la iglesia parroquial la feligresía pagó en el año 1759 la obra del campanario y la de la nave lateral sur, y el Señor Antonio de Cora, dueño de parte de la villa y su entorno, construyó en el 1767 la nave norte. Y en esta época se crearon muchas más fundaciones tanto laicas como eclesiásticas. En este apartado de fundaciones tenemos que destacar la del Hospital existente en la plaza que llevaba el mismo nombre, dejando de utilizarse en la segunda mitad del siglo XIX al perder con la desamortización las fincas rústicas que con sus riendas los sostenían, llamadas "Obras Pias"¹. Para esta época contamos con la descripción del Catastro del Marqués de Ensenada (1752). Según este documento, la villa tenía en el núcleo 47 casas habitadas y 2 arruinadas y en la feligresía había 178 casas habitadas y 4 en ruinas. La economía era principalmente agrícola, pero tenía también muchos artesanos como los arrieros, borreros, ceramistas, herreros, zapateros, carpinteros, carboneros, carpinteros, carboneros, etc². Se celebraba en As Pontes una feria seguramente desde la época medieval, ya que según un atado del siglo XVIII conservado en el Archivo Municipal de As Pontes apreciamos su existencia en el 1775, y su interrupción hasta el 1788 por no satisfacer los impuestos correspondientes. Se cierra el siglo con la comunicación por parte de José Cornide de Saavedra a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la existencia de yacimientos de lignito en As Pontes de García Rodríguez. En este mismo siglo, ya se tenía explotado el lignito de la cuenca minera para mandarlo al arsenal de Ferrol. Lo sabemos por la existencia de un atado conservado en el Archivo Municipal de Ferrol datado en el 1836 y que lleva por título "Averiguación de la existencia de una mina de carbón en Las Puentes de García Rodríguez". Dan cuenta los documentos que era de mala calidad y se dejó de explotar a los cuarenta años de empezar la explotación. De todas maneras la utilización del carbón para el arsenal de Ferrol siguió hasta nuestro siglo cuando bajo la dirección de Eliseo Henry Thomas era transportado en mulas hasta la ciudad portuaria.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
Entramos así en la época contemporánea que comienza con el derrumbamiento de la Casa de Lemos, pasando a depender nuestra villa de los sucesores de la última condesa (doña Rosa de Castro), que en este feudo fueron dos: Joaquín de Castro y Lamas de Castro de Rey, y Manuel Aguiar de Cora Baamonde y Montenegro, vecino de Viveiro. Así la mayor parte de las tierras pertenecían a estos vínculos de "Cora" y de "Castro". En estas primeras décadas de siglo se produce el aforamiento de los vínculos. En los primeros años de siglo el Sr. Cora concedió el "dominio útil" de las tierras a cambio de un canon foral. Estas tierras fueron luego compradas en 1902 por el vecino de As Pontes D. Sergio Rivera Chao. Las del vínculo de Castro fueron aforadas en 1828, siendo luego redimidas y pasando el dominio a los campesinos por la Ley de 1927 de Primo de Rivera.
En el año 1830 visita As Pontes el ingeniero de Minas alemán, Guillermo Schulz, Inspector General del Cuerpo de Minas en Galicia y Asturias. Estaba elaborando su obra Descripción Geonóstica del Reino de Galicia, en la que describe la naturaleza del suelo gallego y asturiano. Estudió nuestra cuenca, destacando los datos de la composición del alquitrán de algunas especies del carbón de As Pontes.
En el año 1833 As Pontes pasó a depender de A Coruña al producirse la reforma administrativa que limitaba las provincias a cuatro. En una descripción que aparece en la obra Los Obispos de Mondoñedo, vol. II nos describe la villa constituida por 58 casas distribuidas en tres calles, con la iglesia en el centro, Ayuntamiento y la escuela. Dotaba de 20 reales al mes al gobierno y celebraba una feria "extramuros" el primero de cada mes. Su población hablando del núcleo era de 328 personas. En el año 1860 se construye la carretera general C-631 (Rábade-Ferrol) y el puente nuevo (Isabel II). En estos mismos años se construye el desaparecido cementerio viejo de As Pontes, siendo enterrado el primer cadáver en el año 1848 y se cerraría en el 1924.
Sabemos por otras fuentes datos de As Pontes de la época. Se trata del que recoge en 1849 Pascual Madoz en el Diccionario Geográfico-histórico-estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Se refería a la villa como productora de centeno, trigo, legumbres, maíz, patatas; se criaba todo tipo de ganado, y se aprovechaba la pesca y caza en el Eume. Los habitantes para aquellos años eran 4.864, el correo llegaba una vez a la semana de Pontedeume.