FRAGAS DO EUME
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Parque Natural Fragas do Eume
Se extiende sobre 5 ayuntamientos de la provincia de A Coruña: As Pontes de García Rodríguez, A Capela, Monfero, Pontedeume y Cabanas. CÓMO LLEGAR
El parque forma parte de 5 ayuntamientos y una forma fácil de acceder es desde Pontedeume. Desde aquí se puede tomar la carretera AC-114 para coger el desvío de Ombre y de ahí a Caaveiro bordeando el río. |
EL PARQUE NATURAL
El Parque Natural Fragas do Eume es uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa. Siguiendo el transcurso del río Eume se extienden 9000 hectáreas de robles, chopos, fresnos, alisos, musgo, helechos, líquenes, fuentes, cascadas... que convierten este increíble lugar en el hábitat ideal para muchas especies. Y entre toda esta exuberante vegetación y fauna, escondido en el corazón del bosque, se encuentra el monasterio de Caaveiro, un antiguo cenobio con más de 10 siglos de historia.
Este ecosistema único en Europa, declarado Parque Natural en 1997, se extiende junto a las orillas del río Eume, de 84 km de largo y abarca cinco ayuntamientos: As Pontes de García Rodríguez, A Capela, Monfero, Pontedeume y Cabanas. Tradicionalmente fue muy explotado por la riqueza y fertilidad de los suelos, y por eso son ecosistemas poco frecuentes y conservados únicamente en zonas aisladas coma estas fragas.
Este ecosistema único en Europa, declarado Parque Natural en 1997, se extiende junto a las orillas del río Eume, de 84 km de largo y abarca cinco ayuntamientos: As Pontes de García Rodríguez, A Capela, Monfero, Pontedeume y Cabanas. Tradicionalmente fue muy explotado por la riqueza y fertilidad de los suelos, y por eso son ecosistemas poco frecuentes y conservados únicamente en zonas aisladas coma estas fragas.
LA LEYENDA
Cuenta la leyenda que cuando Dios creó los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral, (Eume, Landro y Masma), les prometió que, el primero en llegar al mar, obtendría un hombre cada año. Por el camino desde la Sierra do Xistral hacia la costa, los tres ríos decidieron descansar, algo que sólo el Eume cumplió. Al verse traicionado por los otros dos, aceleró su marcha cruzando valles y montes para ganar. Así, cuentan que por eso el río Eume salió bravo y agreste y, antes de la construcción de los embalses que ahora podemos ver, se llevaba cada año la vida de un hombre. |
MONASTERIO DE CAAVEIRO
En medio de este increíble paraje natural se levanta el Monasterio de Caaveiro, un antiguo cenobio de estilo románico, datado del siglo XII.
Este monasterio, oculto entre el frondoso bosque de las Fragas do Eume, servía de retiro ocasional para un pequeño grupo de canónigos.
El terreno reducido y la fuerte pendiente en la que se construyó el monasterio condiciona la estructura arquitectónica del conjunto: la gradación en cinco terrazas, el desarrollo de dos edificios en altura y el muro de contención. La jerarquización de la orden monástica de San Agustín condiciona las dependencias existentes: casas para los criados, los religiosos... En la actualidad destacan el ábside, la iglesia principal o colegial y la torre campanario, anexionada al tramo recto del ábside. Sobresale el ábside semicircular con bóveda de horno y tramo recto con bóveda de cañón, ventanas de medio punto y doble arquivolta semicircular apoyada en dos pares de columnas; este ábside, con base cúbica, resuelve los desniveles existentes.
La iglesia cuenta con planta rectangular con una sola nave. La fachada principal, realizada con posterioridad, tiene puerta de medio punto, arquivoltas tóricas apoyadas sobre columnas acantonadas y tímpano con relieve del Cordero Pascual. Sobre la puerta, se halla un rosetón en arista viva. En la fachada sur, carente de decoración, destaca una segunda puerta, rematada en arco apuntado. Entre los elementos ornamentales románicos son interesantes los capiteles que sostienen el arco de ingreso al ábside, con decoración de doble fila de hojas, sin nervios y con bolas en los extremos, así como los "canzorros" con temática diversa: cabezas de animales y personas, bolas y cubos. Conjunto emplazado en un precioso entorno natural, la "fraga del Eume", con buenas panorámicas del río, encajado entre desfiladeros.
LEYENDA
Cuenta la leyenda que una lluviosa mañana de invierno en Caaveiro, San Rosendo se levantó y viendo el mal día que hacía se quejó contrariado. Al momento se dio cuenta de su pecado ya que el tiempo era voluntad divina. Decidió tirar al Río Eume su anillo episcopal como penitencia. Siete años después, mientras el cocinero de Caaveiro preparaba la comida para los monjes, abrió un salmón y, dentro de los intestinos del pez, encontró el anillo de San Rosendo. Rápidamente se lo comunicó al obispo, quien dando gracias a Dios se dio cuenta de que su pecado había sido redimido.
Este monasterio, oculto entre el frondoso bosque de las Fragas do Eume, servía de retiro ocasional para un pequeño grupo de canónigos.
El terreno reducido y la fuerte pendiente en la que se construyó el monasterio condiciona la estructura arquitectónica del conjunto: la gradación en cinco terrazas, el desarrollo de dos edificios en altura y el muro de contención. La jerarquización de la orden monástica de San Agustín condiciona las dependencias existentes: casas para los criados, los religiosos... En la actualidad destacan el ábside, la iglesia principal o colegial y la torre campanario, anexionada al tramo recto del ábside. Sobresale el ábside semicircular con bóveda de horno y tramo recto con bóveda de cañón, ventanas de medio punto y doble arquivolta semicircular apoyada en dos pares de columnas; este ábside, con base cúbica, resuelve los desniveles existentes.
La iglesia cuenta con planta rectangular con una sola nave. La fachada principal, realizada con posterioridad, tiene puerta de medio punto, arquivoltas tóricas apoyadas sobre columnas acantonadas y tímpano con relieve del Cordero Pascual. Sobre la puerta, se halla un rosetón en arista viva. En la fachada sur, carente de decoración, destaca una segunda puerta, rematada en arco apuntado. Entre los elementos ornamentales románicos son interesantes los capiteles que sostienen el arco de ingreso al ábside, con decoración de doble fila de hojas, sin nervios y con bolas en los extremos, así como los "canzorros" con temática diversa: cabezas de animales y personas, bolas y cubos. Conjunto emplazado en un precioso entorno natural, la "fraga del Eume", con buenas panorámicas del río, encajado entre desfiladeros.
LEYENDA
Cuenta la leyenda que una lluviosa mañana de invierno en Caaveiro, San Rosendo se levantó y viendo el mal día que hacía se quejó contrariado. Al momento se dio cuenta de su pecado ya que el tiempo era voluntad divina. Decidió tirar al Río Eume su anillo episcopal como penitencia. Siete años después, mientras el cocinero de Caaveiro preparaba la comida para los monjes, abrió un salmón y, dentro de los intestinos del pez, encontró el anillo de San Rosendo. Rápidamente se lo comunicó al obispo, quien dando gracias a Dios se dio cuenta de que su pecado había sido redimido.